La Macchina
(2/2)
Fiat 131 Abarth
WRC Rally Monte-Carlo 1980
(Michèle Mouton // Annie Arrii - Team Fiat France)
IXO-ALTAYA. 1,43
A
mitad de la década de los 70, el Fiat
Abarth 131
se había convertido en un autentico devorador
de récord,
cspaz
de dejar en segundo plano a todo un titán del mundo de los rallys,
como era el Lancia
Stratos HF.
¿Pero que llevó a un vehículo de claro enfoque
familiar
a ser, dentro del mundo de los rallys, la
pesadilla
de grandes marcas, hasta tal punto de llegar a convertirse en uno de
los mejores del mundo?
En
primer lugar, el Fiat
131
recibió una serie de cambios importantes, que a nivel estructural
otorgó al 131
una imagen mucho mas radical.
De la mano de Bertone
se aligeró el peso la carrocería para lo que se utilizó plexiglás
para sustituir el vidrio de las ventanillas
traseras
así como el de la luneta
posterior.
Además partes importantes de la carrocería fueron fabricadas en
plástico
resistente,
como el capó,
puertas
y aletas.
Igualmente, su diseño sufrió cambios. Se sustituyeron
los paragolpes
delanteros y traseros; en el caso del frontal se incrustaron unos
apéndices
que contribuía a mejorar la aerodinámica.
Tanto el techo como el maletero lucían unos spoliers
que mejoraban las sensaciones de conducción. Con todo ello, se logró
reducir
el peso hasta los 980
kgs.
En
el apartado de la mecánica
la gente del “Scorpion”
aplicó todo su saber y conocimiento para convertir al Fiat
131
en un autentico “brontosaurio”
del mundo de los rallys. En la primera
versión
de competición, el 131
Abarth,
fue equipado con un propulsor
atmosférico de 1.800
cc
y 200
caballos
de potencia, aunque no tardó demasiado en aparecer una variante
de 2
litros,
de cuatro cilindro en línea, que desarrollaba 215
CV.
Y que finalmente acabó otorgando 230
CV
de puro poder cuando se le acopló el nuevo y revolucionario sistema
de inyección Kugelfischer.
Para
el sistema
de suspensiones
se dispuso para el eje
delantero
de un esquema McPherson
con brazos de suspensión rediseñados, de barra estabilizadora
independiente. Mas interesante resultaba la configuración del eje
trasero. Se sustituía el tradicional eje rígido por un conjunto
independiente, con largos triángulos guiados por columnas McPherson.
Este tipo de suspensión otorgaba una gran robustez y permitía
modificar la caída, la alineación de las ruedas y el reglaje de la
barra estabilizadora con mucha facilidad. El Fiat
131 Abarth
utilizaba neumáticos Pirelli
P7 195/50 VR 15 y que según el tipo de terreno podían llegar hasta
los 235 de ancho.
Para
que el Fiat
131 Abarth
pudiera competir en el Grupo
4
de rallys, la FIA
exigía la comercialización de al menos 400
unidades de
calle, las cuales se agotaron
en tan solo tres
días
y eso a pesar de que el precio de estas unidades era altísimo: ocho
millones de liras
de la época, cuya equivalencia a la actualidad sería de unos 55.000
euros.
(sic) (0076)
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